martes, 18 de octubre de 2016

El infiltrado, Hiddleston contra Laurie según Le Carré


A las novelas de John Le Carré siempre les ha sentado bien el cine; sin ánimo de ser exhaustivo recordamos El espía que surgió del frío (1965), Llamada para un muerto (1966), La Casa Rusia (1990) y ya en el tercer milenio las muy notables El sastre de Panamá (2011), El jardinero fiel (2005) y El topo (2011). Junto con Graham Green, es sin duda, el gran novelista del mundo del espionaje y su cronista desde la segunda mitad del siglo XX hasta hoy. Le Carré siempre ha tenido la habilidad de escribir sus novelas en función de la actualidad política. La novela en la que se basa esta miniserie fue escrita en 1993, una época en la que ya no podía recurrir a las rivalidades entre los EEUU y la URSS, y las trasladó al mundo de la delincuencia y el tráfico de armas. En 2015 la BBC decidió transformar la novela en miserie optando por ambientarla en un momento de actualidad: las mal llamadas·“primaveras árabes” y el período del derrumbe del régimen egipcio de Mubarak. A pesar de esta licencia, la serie es extraordinariamente fiel a la letra y al espíritu de la novela.



El título en castellano resume con precisión asombrosa la trama de la película casi hasta realizar, por sí mismo, un spoiler de campanillas. Se pide a un soldado de élite que trabaja en un hotel que vuelva al servicio activo infiltrándose en una red de tráfico de armas. Pronto, la agente que lo ha reclutado y él mismo, comprenderán que la red dispone de complicidades en el interior del propio servicio secreto británico y, a partir de aquí, todo consistirá en saber quién descubrirá antes a quién y si el traficante de armas logrará conocer la verdadera identidad del hombre que se ha infiltrado en su organización o el bien triunfará sobre el mal y tendremos un final feliz. Por supuesto, en medio de la trama, aparece una tórrida relación entre el infiltrado y la amante del capo del narcotráfico. Un guión, aparentemente tan convencional como éste, hubiera dado como resultado un aborto repleto de tópicos en cualquier otro escritor, pero la habilidad que caracteriza a Le Carré en todas sus novelas es dar credibilidad a las situaciones y a los personajes, insertarlos de una manera tan cómoda en la actualidad política, que podríamos creer cualquier cosa que nos contara. Y aquí, en El Infiltrado, los productores –precisamente por esto– han seguido fielmente los pasos, las descripciones y los rasgos de la novela de Le Carré.

Si sumamos a lo bien que se adaptan las novelas de Le Carré al cine, el que las series producidas por la BBC suelen ser modélicas (sin las estridencias hollywoodienses, ni esa capacidad para falsear la realidad que encontramos en la Meca del cine) y, para redondear el conjunto, les sumamos una plantilla de actores consumados y que están en su mejor momento, lo que tendremos es una miniserie cuyo visionado se convierte en prioritario por delante de la mayoría de productos lanzados en 2016.

La serie se podría titular Loki contra House pues, no en vano, los dos protagonistas indiscutibles son rostros bien conocidos en las pantallas. El rostro de Tom Hiddleston se suele identificar con el papel de Loki, un Dios jodidamente bromista: lo encarnó en Thor (2011), en The Avengers (2012), insistió en Thor: The Dark World (2013) y repitiendo en Avengers: Age of Ultron (2015), todas ellas cuestionables evocaciones de la mitología nórdica. Cuando todavía se anuncia su enésima reaparición como Loki en 2017 en Thor: Ragnarok, Hiddleston ha estado en condiciones de participar en producciones mucho más series: High Rise (2015) de Robert Laing o La cumbre escarlata (2015). En estos momentos es un actor de moda con carrera ascendente, lo cual es todavía más meritorio si tenemos en cuenta que su rostro quedará unido a los subproductos de la Marvel que aportan tesorería pero no prestigio cinematográfico.


Su oponente es Hug Laurie, un actor británico cuya vis cómica reconocimos en la serie La Víbora Negra (1987–1989), para luego volver a verlo en la pantalla grande encarnando papeles polifacéticos (Los amigos de Peter 1992], 101 dálmatas [1997], El hombre de la máscara de hierro [1998], etc.). Cuando ya era considerado como un actor consumado, asumió el gran éxito de su carrera transformándose en el vitriólico “Doctor House”, personalidad que le acompañará como una sombra el resto de su vida. Faltaba ver a Laurie como ser despiadado, glaciar y sin escrúpulos, duro e inmisericorde, siempre dispuesto a eliminar a alguien o a vender toneladas de armas para que los paganos se eliminen entre sí. Vuelve a bordar el papel de malvado con la misma brillantez que antes mostró en papeles cómicos o de galeno admirado–odiado por sus compañeros.

A no olvidar la actuación de Olivia Colman, como agente reclutadora del servicio de inteligencia británico. Después de que, durante décadas, la serie James Bond nos quisiera convencer de que la agente secreto debía ser una mujer de no más de 25 años, de caderas rotundas, labios amorcillados y busto energertizante, casi nos habíamos olvidado que la funcionaria de inteligencia realmente existente es una mujer de la calle, poco sofisticada y que, sobre todo, busca pasar desapercibida. Este rol está asumido por la Colman que no tenía que convencernos de sus cualidades desde que la vimos protagonizando las dos temporadas de Broadchurch (2013–2014). Transformándose en la “agente de inteligencia Angela Burr”, nos resitúa en el mundo del espionaje realmente existente.


Estamos obligados a mencionar que parte de la serie discurre entre Madrid y Mallorca, así como la presencia de actores españoles en el reparto. Antonio de la Torre (con dos éxitos recientes en su historial: La isla mínima [2014] y Que Dios nos perdone [2016], tres si incluimos a Caníbal [2013]) asume el papel de “Juan Apóstol” socio castizo del traficante de armas. La barcelonesa Marta Torné, rostro que se hizo familiar por su aparición en El Internado (2007–2010), aparece fugazmente en dos episodios y aún encontramos a otros más en papeles menores.

La sutileza oriental recuerda que si una cuerda no está tensa no suena y si está demasiado tensa se rompe. Análogamente podríamos decir que esta serie no hubiera podido extenderse más (con el riesgo de banalizarse y complicarse hasta lo incomprensible), pero tampoco hubiera podido ser más corta (dejando una sensación de compresión y agobio). La miniserie, resuelta en seis episodios, tiene la medida justa para trasladar la novela de Le Carré sin que decaiga el ritmo narrativo

Gustará a los amantes del cine de espionaje, a los fanáticos de las novelas de Le Carré y a los que son consumidores habituales de productos de suspense. No recomendable a enfermos cardíacos, ni almas sensibles; tampoco a usuarios de series interminables que exigen varias temporadas para familiarizarse con los protagonistas. También gustará a los aficionados a los thrillers políticos y a quienes disfruten repasando la actualidad a través del cine o de la pequeña pantalla como complemento de los telediarios.
La serie fue elogiada unánimemente y situada como una de las “mejores series de todos los tiempos”. Sin compartir completamente este último piropo, debemos decir que merece un notable alto. Y, por supuesto, la recomendamos sin reservas.


FICHA

Título original: The Night Manager
Título en España: El infiltrado
Temporadas: miniserie en 6 episodios
Duracion episodio: 60 minutos 
Año: 2016
Temática: Thriller de espionaje
Subgénero: Actualida política
Actores principales: Tom Hiddleston, Hugh Laurie, Elizabeth Debicki, Olivia Corman, Tom Hollander, Antonio de la Torre.
Lo mejor: tiene los capítulos justos.
Lo peor: saber que no habrá segunda temporada
Puntuación: 8

¿Cómo verlo?: se ha proyectado en España en el canal AMC y en la actualidad. También en versión original a través de eMule y bitTorrent, con subtítulos en http://www.subdivx.com/

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