jueves, 20 de octubre de 2016

Bedrag, el delito económico en la época de la globalización



¡Que gran invento esto de la economía globalizada! Especialmente para los estafadores de guante blanco… La economía globalizada, en tanto que permite la libre circulación de capitales, ha reactualizado el consabido timo del tocomocho, pero a escala financiera e internacional, a lo grande: poder crear empresas sin valor que se compran y se venden para engordar deliberadamente la cotización en bolsa de una firma, sortear las trabas y obstáculos impuestos por los mecanismos nacionales de control del fair play económico en los Estados Nacionales, la existencia de una prensa económica que apenas investiga, pero que tiene tendencia a publicar informes –previo pago– para promover la imagen de determinadas empresas y hundir a otros y, finalmente, la existencia de paraísos fiscales a los que va a parar el dinero obtenido por procedimientos ilícitos en todo el mundo, todo ello, constituyen la auténtica médula de la economía globalizada y, también de esta serie, Bedrag, que, como otros éxitos televisivos, viene del Norte. En el momento de escribir estas líneas, se está estrenando en Dinamarca la segunda temporada, cuando Bedrag ya rivaliza en éxito con otras producidas en las mismas latitudes: Borgen (2011–2014), Bron/Bröen (2011–2014), Hamarinn (2009), Varg Veum (2011–2014), Wallander (2003–2013) etc, etc, por citar unas pocas que ya hemos tratado en ese blog.



En el momento de escribir estas líneas, Bedrag no se ha estrenado todavía en España. Aquí cuesta aceptar que nos van a hablar de algo de nuestro tiempo practicado con mucha más asiduidad que en Dinamarca y, lo que es peor, cuyos costes hemos tenido que pagar a escote. Porque lo que vemos en Bedrag es lo que ha ocurrido habitualmente en los escándalos económico–financieros de los últimos 35 años: empezando por las dos RUMASA, continuando con AFINSA y tantos otros “chiringuitos”, terminando por los milmillonarios rescates a la Banca… La globalización ha hecho que las posibilidades de estafar cantidades extraordinariamente elevadas esté hoy al alcance de cualquier aventurero económico, mientras que ejercer de “pringado” no es solamente privativo del pequeño inversor sino también de los grandes fondos de capital–riesgo. Así pues, lo que vamos a ver en esta serie –y casi diría, que necesitamos ver, para horrorizarnos de la estructura económica que nos rodea– es tremendamente actual.

Desde que estalló la gran crisis económica en 2007, han proliferado las películas sobre delincuencia económica: El lobo de Wall Street (2013), La gran estafa americana (2013), La Gran Apuesta (2015)… pero no habíamos visto una serie televisiva que tratara sobre la materia y que, para colmo, lo hiciera con rigor, suspense y credibilidad. Todos estos elementos están presentes en grado de excelencia en esta serie danesa. 


El traductor de Google es muy explícito respecto a lo que sugiere el título de la serie. En efecto, Bedrag en la lengua de Hamlet, se traduce por “engaño”. En su traslación a televisiones anglosajonas ha recibido el nombre de Follow the Money, literalmente, “siga el dinero”. Tal es la tarea del grupo de investigación sobre delitos económicos de la policía danesa, al que se incorpora el policía tradicional de toda la vida, directo, brutote y tosco, “Mads Justesen” (interpretado por Thomas Bo Larsen). El objeto de la investigación es un gigante económico que está a punto de estrenarse en Bolsa, Energreen, empresa dedicada a las energías alternativas. La trama se complica porque un par de pequeños delincuentes, por pura casualidad, se hacen con un iPad repleto de datos comprometidos para la empresa y, de paso, con dos millones de euros, elementos que constituyen otra línea argumental. La última tiene que ver con las vidas personales del policía investigador y de la abogada de la empresa investigada. Tales son las cuatro “patas” de esta trama que, en su interrelación, generan diez horas de suspense continuo y tensión. Desde el principio, está claro que el bluf que constituye Energreen va a reventar, lo que ignoramos es si algunos personajes con los que llegamos a empatizar se salvarán de la quema, y, sobre todo cómo se producirá el estallido de la burbuja. 

Hay dos sorpresas en el reparto de esta serie. La primera es la presencia de Nikolaj Lie Kaas, asumiendo el rol de “Sander Södergen”, director general de Energreen, que ya conocemos, especialmente por su presencia axial en las tres entregas para la pantalla grande de Los casos del Departamento Q: Redención (2016), Profanación (2014) y Misericordia (2013). Actor sólido con amplia experiencia y versatilidad, ha sabido encarnar aquí el doble aspecto de malvado y visionario presente en la naturaleza de cualquier estafador: para estafar, hay que creer en el producto que se vende… aunque, en el fondo se sea consciente de que se está vulnerando cualquier código ético y jurídico y de que alguien perderá hasta la camisa.

La otra sorpresa es la presencia de una actriz de origen español, Natalia Madueño, sin experiencia cinematográfica previa. Su nombre delata sangre española; nacida en Copenhague y todavía alumna de la Escuela del Teatro, ganó el casting para representar a la “abogada Claudia Moreno” convirtiéndose automáticamente en Dinamarca en “estrella emergente”. Le corresponde encarnar un papel difícil y ambiguo: como mujer fría y hábil, encargada de defender una multinacional de la que es consciente que se trata de un bluf y, al mismo tiempo, mostrar escrúpulos morales recurrentes. Esta lucha entre oportunismo y moralidad, entre la ternura maternal y la frialdad para despedir a 150 trabajadores sin chistar, caracterizan al personaje. 


Cabría mencionar también a Thomas Hwan en el papel de “Alf Ryberg” otro investigador sobre delitos económicos. Actor procedente de Groenlandia es, por tanto, miembro de la etnia inuit, perfectamente integrada en la sociedad danesa y a la que ya hizo referencia la serie Borgen. Los inuits son poco expresivos, impávidos y apenas delatan emociones. Sin embargo, Hwan consigue transmitir sensaciones con leves movimientos de músculos faciales o simplemente con gestos y silencios. Policía metódico, oscuro y riguroso, su trabajo discurre especialmente en oficinas y ante pantallas de ordenadores. Es la antítesis de su compañero de investigación, y uno de los elementos más oportunos de la serie.
Las distintas líneas argumentales, en su entrecruzamiento, dan un resultado altamente positivo y generan un producto emocionante, creíble y, lo que es más importante, que mantiene el interés hasta la última escena del último episodio. 

El final está muy bien resuelto. La serie no es sólo recomendable, sino muy recomendable y no solamente por sus cualidades argumentales, interpretativas e incluso por su presentación, sino también y sobre todo porque nos permite conocer uno de los mecanismos más perversos de la economía globalizada. 
Que el hecho de que las distintas cadenas nacionales sean más lentas que una tortuga paralítica a la hora de comprar los derechos de emisión de esta serie, no sea un obstáculo para que se vea. Cuando los directivos de nuestras televisiones, dudan o, simplemente, están en Babia, vale pena recurrir al consabido “peer to peer” y a las webs que ofrecen subtítulos, para hacernos con esta serie a la voz de ya. Se devora en apenas dos días, poco para lo que nos enseña: los mecanismos de la economía financiera. No solo “é vero”, sino además “bene trovato”.


FICHA

Título original: Bedrag
Título en Español: Con el agua al cuello (Follow the Money)
Temporadas: 1 proyectada, la 2ª se estrena en octubre de 2016 
Duración episodio: 58 minutos (en total 20 episodios)
Año: 2016
Temática: Thriller policíaco
Subgénero: delitos económicos 
Actores principales: Thomas Bo Larzen, Rhomas Hwan, Natalia Madueño,
Nicolaj Lie Kaas, Esben Smed Jensen, Lucas Hansen, Julie Grundtvig.
Lo mejor: La actualidad del tema tratado y la seriedad que acompaña a la trama central.
Lo peor: que a partir de ahora invertir en Bolsa nos generará angustia.
Puntuación: 8,5
Web en castellano: (en octubre 2016 no existe)

¿Cómo verla?: no se ha proyectado en España pero puede descargarse en versión original a través de eMule y bitTorrent, con subtítulos incorporados.

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